viernes, 3 de enero de 2025

Robando vacas

    Hace un viento que rapa tierra. Es una frase que solía decir mi padre. Me gusta como suena, ese rapa tierra. No sé de donde la sacó. La busco en google y no aparece por ningún lado, no todo está en la red y me alegro. Me he acordado de ella por lo que le he oído decir hoy a un parroquiano: Hace más frío que robando vacas.
    Todo va junto; el dicho —que no había oído nunca— y la denominación de parroquiano que me ha venido por asociación de ideas, ambos tienen el mismo aire antiguo. La expresión tiene un punto de incorrección gramatical, bien dicho sería algo así: No había pasado tanto frío ni robando vacas (en invierno, esto sería opcional). Pero se acorta el mensaje para ganar en pegada lo que se pierde en exactitud.
    El “parroquiano” es un hombre mayor, risueño, que ha hablado con cierto acento rural, alargando la última a de vacas. La imagen que me sugiere es la de una aldea envuelta en la niebla y el ladrón aterido acechando al ganado que pasta bajo la lluvia.
    El que hizo la comparación por primera vez tuvo que ser él mismo ladrón de vacas, cómo saber de otro modo el frío que se puede pasar. O no, porque se habría delatado, habría confirmado lo que ya debían de saber, o sospechar, todos los vecinos, incluida la Guardia Civil.
    No, el propio ladrón no diría nada, tampoco los sufridos dueños del ganado, maldita la gracia; pero sí alguno de esos vecinos. Hace más frío que robando vacas, ¿eh?, ¿Manuel?, y Manuel contestaría: y a mí que me cuentas, listo, que eres un listo.

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