martes, 2 de octubre de 2007
Silencio
Silensen, silensen, no quiero ruidos en la vecindad... Estos "silensen" deben ser francés y no sé como se escriben. Ésta es una canción que medio aprendí y que parece que sólo se canta tras varias ingestiones alcohólicas. Contradictoria, porque pide silencio cuando lo está profanando. Igual que beber agua no rompe el ayuno en la doctrina católica, tampoco las palabras leídas rompen el silencio en las tardes de otoño. El silencio absoluto no existe. Precisamente cuando callan los grillos en la noche es cuando se alarma el explorador indio en el campamento. El silencio perfecto es aquel que nos da de vez en cuando una pista de que estamos vivos: El susurro del viento, una risa lejana, un rumor de agua, pequeños sonidos que van punteando el paso del tiempo.
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