viernes, 13 de febrero de 2009

Una buena historia

Contar historias. Una habilidad, una vocación. Me hubiera gustado mucho tener una buena historia que contar. Algún secreto en la familia, un amor especial (supongo que todos fueron especiales y todos fueron comunes), una separación, un viaje, un reencuentro. Amistades, honor, libertad, ceremonias... Una buena historia. Aunque quizás no hace falta. Puede que baste con pequeñas historias, o con las ganas de contar. Sin tener nada aparentemente especial siempre hay amores, amigos, ritos, momentos que echarse a la boca (al teclado). Una buena historia con sus momentos de emoción, esos embarazosos momentos en que se nos humedecen los ojos y comprobamos que no estamos muertos del todo.

No hay comentarios: