viernes, 15 de octubre de 2021

Al revés te lo digo

    Conflictos ha habido siempre. Por eso hay tanta teoría sobre su resolución, porque no se resuelven. Y si por casualidad alguno lo hace surge rápido otro nuevo, o dos si son pequeños. Quisiera recomendar dos métodos, trucos, que tenemos siempre a mano y que nos ayudarán a que un conflicto persista y, en el mejor/peor de los casos, pase a la siguiente generación.
    El primero se refiere al tono o actitud a adoptar en una declaración, comunicado o similar. Si de verdad quieres que el problema se enquiste, se pudra, se vuelva endémico, utiliza la palabra “exigimos”. Si no lo haces, si optas por “pedimos”, “proponemos”, “opinamos”, corres el riesgo de que el mensaje surta efecto e incluso, en casos extremos, de que el problema se solucione.
    El segundo método, infalible, es apostar siempre por la vía unilateral. Es la única sin contradicciones. Aunque hay que confesar que en realidad no es una vía, en el sentido de que una vía comunica un sitio con otro y la vía unilateral es un callejón sin salida; como la calle Salsipuedes, que no puedes; de ahí la eficacia del método a la hora de consolidar un desacuerdo. Esta vía ha tenido grandes valedores a lo largo de la Historia. Por desgracia, en ocasiones produce efectos secundarios; la desavenencia se vuelve rabiosa y se convierte en lo que técnicamente se conoce como “conflicto armado”. En esos casos ojo, porque puede perjudicar seriamente la salud.

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