jueves, 5 de mayo de 2022

Somos lo que somos

    Hay un instinto básico que es lo que parece, es el instinto de reproducirse, común a todas las formas de vida que conocemos, sea vegetal, animal o alienígena. Bueno, esta última no la conocemos, pero el instinto se le supone igual. En Hispanoamérica “Instinto básico”, la película, se estrenó como “Bajos instintos”, un disparate. El instinto es el instinto; ni bajo, ni alto; ni bueno, ni malo. Almodovar lo dijo de otra forma, “La ley del deseo”, que al final es lo mismo.
    Luego, como una corriente secundaria de la vida, late en nuestro interior un ansia de trascendencia, de hacer algo que nos sobreviva al margen de lo que nos tiene que sobrevivir de verdad que son los hijos. Me pregunto si el afán de los filósofos no ha sido siempre demostrar que somos más de lo que somos. Se trataría de alcanzar, a base de darle vueltas al tema, un nivel de sabiduría que amplíe nuestros horizontes, que deje clara nuestra excepcional condición de seres que trascienden la mera naturaleza física. La autoestima nos pide ser algo más que el sencillo animal racional que también somos, o que solo somos aunque no queramos aceptarlo.
    No sé si iba de esto (pero me gusta pensar que sí) el superhombre de Nietzsche. A tener en cuenta que Nietzsche fue un iluminado al que que por lo que dicen las conexiones neuronales le funcionaban de aquella manera. La última verdad, sospecho, es que estamos aquí para lo que estamos y el destino más cruel es el de la extinción, que es a lo que se refería García Márquez cuando escribió que las estirpes condenadas a cien años de soledad no tienen una segunda oportunidad sobre la tierra.

No hay comentarios: