viernes, 26 de mayo de 2023

Me parece

    Llevaba tiempo pensando si no será contraproducente prodigar esas coletillas de “supongo”, “dicen”, “pudiera ser” a las que recurro para dejar claro que no pretendo pontificar sobre nada. Por una parte esa costumbre va en contra de la idea de que algo de contundencia y la exageración son virtudes literarias, por otra plantean el problema de encontrar el momento y la frecuencia adecuados en el reparto de esas “advertencias”. En esas estaba cuando me he topado con estos comentarios en el libro de Bioy Casares sobre Borges.
    Borges: El estilo de [T. S.]. Eliot es desesperante. Dice algo y en seguida lo atenúa con un quizá o un según creo, o le resta importancia.
    Bioy: los autores deben atenerse a hacer afirmaciones un poco audaces, en la inteligencia de que el lector comprenderá que no hay que tomar todo literalmente y contribuirá con las dudas. Por un ideal de nitidez y simplificación hay que tener ese coraje de afirmar algo a veces.
    Borges: Goethe dijo que esas palabras como tal vez, quizá, según me parece, si no me equivoco, deben estar sobreentendidas en todos los escritos; que el lector puede distribuirlas donde lo juzgue conveniente y que él, Goethe, escribía cómodamente sin ellas.
    Estoy de acuerdo con los dos, y con Goethe, el lector debería dar por supuestas esas matizaciones; debería leer lo escrito con benevolencia sabiendo que el autor no pretende que nadie tome su texto como si fueran los evangelios. Debería, digo, porque no me fío nada de que así suceda y por si acaso las seguiré incluyendo. Tampoco creo que molesten tanto.

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