martes, 15 de agosto de 2023

Lehengo lepotik burua

    Durante años confundí a Petrarca con Plutarco. Petrarca era el poeta toscano y latino que amaba a Laura; Plutarco, lo supe mucho más tarde, fue, según wikipedia, un historiador, biógrafo y filósofo moralista griego (le daba a todo).
    Me ha pasado, como creo que a la mayoría de los lectores, que he desdeñado por sistema a los autores clásicos. Los veía muy lejanos y deducía que no me podía gustar ni su visión del mundo, tan distinto al nuestro, ni su encorsetada, suponía, forma de expresarse.
    Bueno, pues me equivocaba en todo. Aquellos antiguos, entre los que se encuentra Plutarco, eran igual de humanos que nosotros y entre lo que queda de sus escritos hay un buen número de obras que no desmerecen de otras posteriores.
    Plutarco escribió, en griego, Vidas Paralelas, las biografías comparadas de un montón de personajes de la Antigüedad; y lo hizo, por lo que se ve, francamente bien. Curioseando en esas páginas me he topado con esta anécdota. Cuenta, en su introducción a la vida de Pericles, que una vez en Roma Julio César viendo a extranjeros adinerados llevando en brazos y acariciando a perros y monos (sic) preguntó si es que en sus países de origen las mujeres no parían niños.
    Creemos que todo es novedoso y resulta que pocas cosas lo son, y aquella pregunta retórica que se hacía César es la misma que se puede hacer hoy cualquiera al ver esos videos de perros en los que los dueños ponen una y otra vez en boca, o en mente, de sus mascotas los epítetos daddy y mommy en referencia a ellos mismos, los dueños. Han pasado más de dos mil años y estamos igual que entonces; salvando el detalle menor de que hoy en día en lo que se refiere a animales de compañía hay una clara preponderancia de los perros sobre los monos.

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