jueves, 7 de diciembre de 2023

Viva la gente

    Hace poco vino en el periódico un reportaje sobre un reencuentro al cabo de más de cincuenta años. Se trataba de una familia que había acogido durante su paso por aquí a uno de los miembros de Viva la gente. Explicación para los nacidos más tarde: Viva la gente era un grupo coral made in USA con un mensaje de pureza, alegría y juventud; bueno, esto lo he copiado del archivo del ABC, lo de la pureza no figuraba en su ideario oficial, aunque se podía deducir que también; lo principal era denunciar el racismo y la guerra.
    La canción Viva la gente, interpretada con un fuerte acento texano, se hizo muy popular. Es una melodía pegadiza que al final resulta algo estomagante. Luego tenían otra más relajada y muy a propósito para cantarla en misa, ¿De qué color es la piel de Dios?, se titulaba y seguía dije negra, amarilla, roja y blanca es, qué bonito, aunque no veo que Dios pueda tener piel, piel piel quiero decir. Y tendrían más canciones porque daban festivales pero no las conozco.
    El caso es que resulta que Viva la gente, o mejor dicho Up with People en el original, sigue existiendo; han estado todos estos años engrosando estadísticas y ya son unas 20.000 las personas que han pasado por el grupo y no sé sí son progresistas o retrógrados o es que hay de todo, la intención parece buena y me alegro por ellos.
    Bueno, pues uno de esos 20.000 antiguos miembros ha mantenido el contacto con la familia que lo acogió allá por 1969 y ahora, cuando aquel muchacho de Oklahoma anda por los setenta y tantos años, ha venido, o ha vuelto, a ver a la familia que lo acogió a través de no sé qué organización —algún movimiento católico, no quiero pensar en lo peor—, gente que coincidía en las ideas, personas bienintencionadas que por unos pocos días vivieron una especie de sueño americano y que lo mismo todavía no se han desengañado; en fin, qué culpa tienen ellos o incluso qué culpa tiene el americano, que lo mismo lo que tienen es mérito.

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