sábado, 29 de septiembre de 2007

Dinero

Ya sabíamos que el dinero no da la felicidad, pero está claro que hay un mínimo imprescindible (con la excepción de aquellas personas con olor a santidad que se parecen poco al común de los mortales y a mí). En una universidad han calculado que para ser dichosos los ingresos anuales han de ser de unos 11.500 euros, cubriendo así las necesidades básicas de alimento, cobijo, ropa, amigos y familia (no acabo de entender la relación exacta entre dinero y amigos y familia). No puede ser menos, por razones obvias, pero tampoco más porque entonces entramos en una espiral de adaptación y comparación que nos hace desgraciados. Es cierto, si todos mis vecinos tienen "tres" y yo tengo "cuatro", me siento estupendamente. Sin embargo aunque tenga yo "cuatro", si los de alrededor tienen "cinco", algo me reconcome por dentro. ¿Somos o no somos idiotas?.

1 comentario:

fffff dijo...

A menos que se sea Bill Gates o algo parecido siempre habrá gente que tenga más dinero. Es mejor aprender a disfrutar de lo que se tiene que mirar a lo del vecino...