domingo, 2 de septiembre de 2007

Pequeño viaje

Mi última aventura ha sido ir nadando hasta la plataforma que flota a unos cien metros de la playa. No parece gran cosa, admitido, pero el mar estaba algo revuelto y a medio camino he sentido... miedo. ¿Y si sufro de pronto un calambre?. ¿Se daría alguien cuenta?. Prudentemente he procurado flotar de espaldas y ponerme en "máximo ahorro de energía". Algo así como la navegación silenciosa del submarino Seaview. El ligero oleaje no me dejaba apreciar si avanzaba o no. Mi prioridad era que no me entrara agua en la boca, así que espiaba las olas para contener la respiración cuando la cresta me alcanzaba. Así, sin batir ningún record, he llegado a la plataforma. Se movía la condenada. Había algunos chavales, y de pronto uno de ellos ha exclamado alborozado: "¡Mirar, mirar, una cosa negra, se mueve!". Lo que me faltaba.. He recuperado el aliento y esperado el momento en el que el "avistamiento" se colocara en el lado opuesto de la plataforma para meterme de nuevo en el agua y dar unas enérgicas brazadas de vuelta hacia la playa. Luego, por si los calambres, he seguido nadando lentamente. Ahora si que me parecía que las olas me ayudaban empujándome. Por fin he hecho pie y he salido del agua orgulloso y satisfecho...

2 comentarios:

Cierro comillas dijo...

javier....me han premiado con una cadena de blog solidario, mas alla de lo que derbia hacer quiese nominarte por tu blog, ya sabes que me encanta aunque no siempre deje comentarios....te leo a diario.
Pasa por el blog a buscar tu premio y traete algo para comer, estamos de fiesta.
besos.

Anónimo dijo...

No es más valiente quien no tiene miedo, sino quien sabe controlarlo y ponerse metas, disfrutando del intento se consiga o no. Me alegro de volver a leerte, una maravilla. ¡Besos!