jueves, 13 de septiembre de 2007

Nombres

Ahora caigo en el parecido de "aprender" y "aprehender". Incluso en el significado, ya que la segunda acepción de "aprehender" es "llegar a entender". Cuando alguien (un premio Nobel, pongamos) vislumbra un concepto nuevo (nuevo para él en todo caso), si quiere aprehenderlo del todo, tiene que ponerle un nombre. El nombre define, limita, pero nunca del todo. Estoy en que con los nombres pasa como con las partículas y su principio de incertidumbre (Heisenberg) : En el momento en que nombramos algo ya estamos perdiendo parte de su esencia. Pasemos a los nombres propios. Cuando Ronald Reagan era presidente, el portavoz de la Casa Blanca se llamaba Donald Regan. Amazing. El comandante de las tropas de EEUU en Iraq se llama David Petraeus. Aventuro que se pronunciará algo así como "Petreus". No puedo imaginar un nombre que transmita más determinación, tesón, inflexibilidad. Quizás en el instituto hicieran alguna broma con el apellido... y seguramente tuvieron que disculparse.

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