miércoles, 19 de noviembre de 2008

Ombligos

Me compré una lupa y le cogí el gusto a ver las cosas amplificadas. La letra más pequeña del boletín mas abstruso parecía ahora un delicado haiku dibujado en una pared blanca. Me sentía un agente del FBI descubriendo que la letra "g" presentaba una curiosa deformación en la parte inferior. Iba a ser pan comido descubrir al autor de la nota de rescate. Una lupa me venía muy bien para fijarme en el detalle, que tantas veces se me escapa. Pensé entonces, por alguna misteriosa asociación de ideas, que debería buscar el ombligo del mundo. La asociación de ideas debía de haber sido que la lupa me estaba animando a mirarme mi propio ombligo y lo que de verdad necesitaba era otra perspectiva más amplia: La que conseguiría al encontrar el ombligo del mundo. La pregunta ahora era cómo aprovechar la lupa en la nueva tarea.

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