viernes, 17 de septiembre de 2021

Declaración (I)

—Tranquilo, no se le acusa de nada, está aquí en calidad de testigo, ¿un café?, ¿un botellín de agua? Bien, cuando quiera, díganos lo que sepa.
—¿Yo?, ¿saber?, vamos, sé que hay rusos y sé que han escrito, poco más.
—Estamos grabando, no hay prisa pero que no haya tampoco pausa. ¿Le suena el nombre de Dostoyevski?
—Lo conozco, lo dimos en el colegio; pero, es curioso, me he pasado media vida creyendo que el nombre era Doctoyevski. Si era tan ilustre, que menos que docto, ¿no? Y eso incluso después de haber leído una novela suya, “Crimen y castigo”, la leí, sí, y me gustó. Tendría unos veinte años y eso, que me gustara, me elevó la autoestima, tenía mis dudas.
—¿De qué va?
—La historia es muy conocida, es un estudiante, Raskólnikov, que por motivos económicos, creo, mata a una anciana, aunque encaja más con el libro decir que mata a una vieja. El tema principal serían los remordimientos.
—¿Algo más de Doctoyevski?
—Nada concreto, rumores. Coetzee escribió una novela sobre él, “El maestro de Petersburgo”, y la he leído, pero no entendí mucho y lo que entendí se me ha olvidado. Luego, casualidad, le he oído decir a Joaquín Reyes que Dostoievski pedía siempre dinero prestado y luego no lo devolvía, y que en concreto se lo hizo a Turguéniev y encima le dijo que no le gustaban sus libros. Tendría sus razones para decirlo, seguro; por mi parte, otra casualidad, leí hace poco una novela de Turguéniev, “Padres e hijos”, y me gustó. Pero bueno, esto que contaba Joaquín Reyes igual era broma, no sé.
—¿Qué otros nombres puede dar?
—Siempre se habla de los grandes novelistas rusos del XIX. Además de Dostoievski están Tolstói, Turguéniev, Gogol, Puskhin... De Puskhin no he leído nada pero he oído hablar muy bien de él, Dovlatov era muy fan. Ahora, tengo idea de que escribió una novela en verso, eso me echa para atrás. No sé si siendo en verso puede ser a la vez novela, además luego quién la traduce.

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