jueves, 30 de septiembre de 2021

El hombre que mató a Bin Laden

    El hombre que mató a Bin Laden era un vaquero de Montana. La película ya se ha hecho pero con otro título: “La hora más oscura”. La he visto y la protagonista es la agente de la CIA que lo encuentra, no el soldado que lo mata. Aunque era un secreto, ese soldado (soldado especializado, supersoldado) o este otro soldado que se hace pasar por aquel, se dio a conocer y ahora es un personaje público que más o menos vive de ello y que tiene una respuesta ingeniosa para cada pregunta.
    Y es de Montana, aunque no me consta que haya sido vaquero; eso era broma, por John Wayne. Debía ser bueno en lo suyo de antes y es bueno en lo suyo de ahora. Dice: “me alisté porque una chica me había dejado”. No está orgulloso de matar a Bin Laden (eso está muy bien), tampoco arrepentido: “hicimos nuestro trabajo, nada más”, y apunta filosófico, “sigo sin saber si es lo mejor o lo peor que he hecho en mi vida”.
    Habla como un personaje de Clint Eastwood. Con su discurso se escribe solo el guión de una película que podría ser la continuación de “Sin perdón”. Por ejemplo: “teníamos el plan perfecto, pero los planes perfectos nunca salen”. Otra: “cuando ya no te pones nervioso en una operación, es cuando tienes que empezar a preocuparte”.
    Y esta, que es la que más me ha gustado, “si eres la persona más lista en una habitación, es que estás en la habitación equivocada”. La idea, un clásico de la motivación, no es nueva pero sigue siendo buena. La clave es la humildad que yace al fondo de la frase. Sí, debemos felicitarnos cuando hay personas más inteligentes que nosotros en la sala. En cuanto a lo contrario, por suerte o por desgracia, apenas me ha pasado.

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