jueves, 9 de septiembre de 2021

Esos ojos

    Dicen que en Nueva York la gente anda por la calle ignorando al prójimo, eludiendo el contacto visual. Es algo defensivo, pocas cosas hay más íntimas que mirarse a los ojos. Porque los ojos hablan. “Eyes Talk”, silently, en silencio, era una melodramática canción de Gene Pitney de los años sesenta. Aún anterior es un tema jazzístico del que me encanta el título: “Them There Eyes”, que es una forma rítmica y dislocada de decir “esos ojos” (me enamoré de ti la primera vez que miré en esos ojos).
    No soy un gran intérprete de ese lenguaje de los ojos, aunque hay que precisar que es todo el rostro el que habla, no solo los ojos, así que cuando los músculos de la cara, labios, boca, mandíbulas, aletas de la nariz, cejas, frente, no sé si orejas, cuando toda la cara dice lo mismo, la tarea de los ojos pasa algo desapercibida. No así cuando se intenta una expresión hermética y los ojos son los únicos que delatan los sentimientos reales. Porque de eso se trata, de expresar sentimientos.
    Esto se sabe de antiguo, claro. No sé si la primera cita conocida al respecto será esta de Cicerón: “La cara es la imagen de la mente y los ojos son sus intérpretes” (dice mente, no alma). Hay gente perspicaz que se fija y distingue a las personas por la luz de sus ojos o por su forma de mirar a los demás; por mi parte, como torpe emocional que soy (casi siempre), no llego mucho más allá de percibir unos ojos húmedos brillantes (cosa que por cierto, esos ojos delatores, es bastante contagiosa).

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