domingo, 10 de julio de 2022

Apilar esferas

    Hay noticias, lo he dicho otras veces, que me alegran el día. En medio de tanta desdicha se agradece. Esta de hoy se refiere al premio que le han dado a una investigadora ucraniana por haber resuelto un problema matemático. Que sea ucraniana no importaría si no fuera por el contraste con la situación actual de su país.
    El problema resuelto ha sido, y lo diré mal, demostrar cuál es la mejor manera de almacenar esferas de igual tamaño ocupando el menor espacio posible en supuestos entornos de ocho y veinticuatro dimensiones. La primera reacción es reírse y exclamar como Chiquito, ¿comorl? Una esfera en dos dimensiones es un círculo, un disco CD; una esfera en tres dimensiones es… una esfera de toda la vida, una pelota, una canica; a partir de ahí suma dimensiones y párate en ocho y luego, extra ball, en veinticuatro.
    No intentes entenderlo, yo no lo haría, por las migrañas. Esta mujer lo ha pensado y lo ha plasmado en ristras de fórmulas, supongo, y lo ha hecho, según dicen, de modo brillante. Además, y me regocija y sorprende, resulta que este logro de colocar esferas achicando espacios en esos mundos teóricos de ocho y, quién da más, veinticuatro dimensiones tiene muchas aplicaciones prácticas. No dan ejemplos.
    Bueno, fenomenal, enhorabuena, gracias por alegrarnos el día. Por otra parte me debería deprimir, y me deprimo un poco, ante ese alarde de sabiduría tan fuera de mi alcance que me hace sentir tan pequeño; pero, me digo, lo que cavila una mente humana nos engrandece a todos, a la especie; ¿no somos extraordinarios? La especie humana, tantas veces capaz de lo peor y, de vez en cuando, también, menos mal, de lo mejor.

No hay comentarios: