jueves, 13 de octubre de 2022

2. Vendetta

    La torre de la corporación, suena a sede del gobierno dictatorial de la galaxia. El plan es infiltrarse, subir hasta la planta de dirección y escribir en la pared del baño con rotulador gordo y en mayúsculas “LADRONES”. Solo eso, un desahogo simbólico pero que les incomode, que sientan que no son invulnerables; y te refieres en especial a él, al capo innombrable que tanto sale en los medios.
    El vestíbulo visto desde fuera parece una pecera con plantas acuáticas y tiburones que se deslizan de un lado para otro. ¿Repugnancia?, no, solo el rechazo instintivo al poder de una multinacional. Has cuidado tu vestimenta, la acción requiere cierto grado de pulcritud que contraste con el aspecto descuidado del cómplice zarrapastroso que ha de distraer al personal mientras tú te escabulles por un lateral.
    Te cuelas en el ascensor más próximo y aguantas la puerta para dejar pasar a una belleza elegante con maletín que te da las gracias y pulsa el 33. Tú pulsas el 35 y le haces una broma inocente sobre ejecutivos. Ella ríe y contesta con otra broma más ingeniosa que la tuya. Estás fascinado, eres así de simple; dejas de toquetear el rotulador que llevas en el bolsillo y os enzarzáis en un intercambio rápido de presuntas agudezas. A la altura del piso 20 sientes un impulso irrefrenable de besarla. Apenas has iniciado el acercamiento cuando las luces parpadean, se apagan y el ascensor se detiene bruscamente. Ella, desequilibrada, se apoya en ti y es entonces cuando recibes de lleno la tufarada de su mal aliento en el que crees discernir una nota de azufre. Te echas hacia atrás sorprendido y confuso. Estoy perdido, piensas, me han descubierto.

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