domingo, 2 de octubre de 2022

Amar, querer

    Tenemos un problema con las palabras. O más de uno pero aquí me refiero a entenderlas. Una palabra significa lo que diga la Academia pero también lo que entienda cada uno. Por suerte lo normal es que todos entendamos lo mismo; así un árbol es un árbol, apenas queda margen para la confusión; o pongamos un verbo, comer, tampoco hay dudas con comer, llevamos toda la vida comiendo, sabemos de qué hablamos.
    Sin embargo, otros casos no están tan claros. Desde el principio estaba pensando en la palabra “amar”. Dice la Academia, Amar: Tener amor a alguien o algo. Hay que mirar amor. Amor: Sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser. Qué sorpresa ese “partiendo de su propia insuficiencia”, qué buena lectura es el diccionario y qué suerte poder consultarlo en línea. Hay una segunda acepción de amor más concreta y esclarecedora, y luego otras doce acepciones más, como medallas que indican la importancia de la palabra.
    Queda claro el significado oficial de “amar” pero me temo que en la práctica muchas palabras en general y “amar” en particular arrastran otras connotaciones; bien añadidas por la experiencia o la ficción del cine y la literatura bien inventadas por nosotros mismos. En mi percepción decir “te amo” suena ampuloso, excesivo, clásico. “Amar” sería un ideal, una entelequia, algo imposible en la realidad. Enamorarse sí, eso lo comprendo porque mientras un amor de verdad debería ser eterno (como el odio de Aníbal a los romanos) el enamoramiento es, me parece, un bendito trastorno pasajero.
    La alternativa realista a “amar” es “querer”. “Querer” con su carácter polisémico, incluso ecuménico, es más humano, más de tener los pies en el suelo. Lo natural es decir “te quiero” o, en determinadas circunstancias, “te quiero mucho”. Desarrollándolo un poco; te quiero porque todo te interesa, por tu generosidad, por la forma en que miras a la gente; te quiero porque es fácil quererte; te quiero por las razones habituales; te quiero porque me quieres.

No hay comentarios: