viernes, 28 de junio de 2024

Existir

    Tic, tac; el paso del tiempo. Qué puñetero el tiempo, como corre; es que el tipo no baja el ritmo, si acaso aprieta preparando el sprint final. Existir es un misterio; existimos en este instante efímero que es la realidad, pero ese instante aludido ya se fue. Existir tiene que ser algo más.
    Todo lo que ha sido alguna vez no puede dejar de ser simplemente porque no aparezca en la foto de este momento que, según lo nombras, ya es pasado. La vida es una película, es la mayor superproducción posible; empezó, o no, con el Big Bang y acabará cuando sea que acabe, si es que acaba.
    En una película hay actores que aparecen al principio, hacen sus escenas y ya no salen más. No por ello les quitan de los créditos, siguen siendo parte del elenco. Del mismo modo todos los que han vivido siguen siendo parte de la existencia. También, de alguna manera, lo son todos los que aún no han nacido. Qué importa el fotograma que se muestre a la entrada del teatro; solo es una imagen aislada que captura un instante fugitivo y despreciable de la película de la vida.
    La existencia somos todos; los que han sido, los que son y los que serán. El tiempo es un trampantojo; no podemos dejar que nos engañe, no hay forma de hacer desaparecer nada de lo que ha sido, es o será. La foto de este o de cualquier otro instante nunca es una prueba concluyente, la existencia trasciende al tiempo.
    Este instante cambiante que llamamos presente no es más que la fina, infinitesimal cortina que separa el pasado del futuro; es el fugaz intermedio entre la primera y la segunda parte de la película. La suerte es haber conseguido un papel y poder actuar en las escenas que te toquen; siguiendo el guion o improvisando, con mayor o menor fortuna. La mala suerte consiste en no aparecer, en no llegar nunca a existir.

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