viernes, 13 de diciembre de 2024

Dos perlas

    En este blog estoy, entrada a entrada, pintando mi retrato al estilo impresionista. Pinto mi retrato aún sin hablar directamente de mí, todos lo hacemos por el simple hecho de comunicarnos con los demás. Ahí van las dos pinceladas de hoy.
    Belmonte y Zarracina podrían ser cualquier cosa, pero son los periodistas que me han descubierto estas dos perlas.
    Perla número uno. Cuenta Belmonte que Marilyn Monroe se presentó, para conocer a Luis Buñuel, en el rodaje de “El ángel exterminador” y Silvia Pinal, que acaba de morir, lo contó así: Apareció desnuda con un vestidito encima. No era para tanto, pero la frase resume muy bien el impacto que causaba Marilyn Monroe (y cuyos ecos siguen resonando).
    Perla número dos. Zarracina sobre Indro Montanelli, periodista a su vez y autor, entre otras muchísimas obras, de una Historia de Roma y otra Historia de los griegos muy recomendables para los no iniciados (como yo). A cuenta de la caída del pelo en los hombre y la costumbre de intentar disimular esa pérdida peinándose de maneras más o menos “creativas”, decía Montanelli que cada mañana vivía «un momento de auténtica grandeza» cuando vencía frente al espejo la tentación de peinar sus escasos cabellos para formar un emparrado que ocultara su calvicie. Una tentación ante la que había sucumbido, decía, el mismísimo Julio César.
    No puedo estar más de acuerdo con Montanelli. Y agradecido por poner esa grandeza a mi alcance. Leo sus palabras y me parece que reflejan exactamente una idea que intuía, que flotaba en mi cabeza pero no acababa de concretarse: la idea de que hay que aceptarse tal como es uno.

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