miércoles, 4 de diciembre de 2024

Un tipo de persona

    De vez en cuando me acuerdo de Jesús. Lo conocí en el hospital, era el compañero de cuarto de mi suegro. Rondaba los cuarenta años y, según nos contó, estaba a la espera de un donante para ser trasladado a Valdecilla y que le hicieran un trasplante de corazón. Impresiona hasta decirlo. Era algo genético, su padre había muerto joven. Una condición heredada, decía, de oírselo a los doctores, me imagino.
    Al hombre no se le apreciaba nada especial, se levantaba de la cama, iba y venía sin problemas. Una vez —yo no estaba— fue a la ventana, la abrió y se puso a fumar. Mi suegro le llamó la atención y a partir de entonces salía al pasillo buscando algún rincón para echar un pitillo, como decía él. Este detalle —importante— de fumar, decía bastante sobre su forma de ser.
    Estaba separado y le oímos hablar por teléfono con su ex, no se cortaba a la hora de exponer sus desacuerdos. Tenía una hija adolescente que vino a visitarle. El trato despegado mostraba que no había una gran conexión afectiva. La aparente superficialidad de la conversación, la desgana por ambas partes, sugería una relación distante. Parecía que la chica había venido a ver a su padre para limpiar su conciencia ante la posibilidad de no volver a verlo nunca más.
    La impresión que daba Jesús era la del que siempre anda a su aire, parándose poco a considerar las cosas, actuando por impulsos y equivocándose casi siempre, sin que por ello la experiencia le sirviese para el futuro. Quizá esta forma de ser fuera el fruto de su “condición”, que asumía con naturalidad, con el convencimiento de que no le merecía la pena cuidarse. Bastante tenía para encima no poder fumar un cigarrillo o tomarse unas copas. Esto último es solo una especulación mía.
    Cuando a mi suegro le dieron el alta, Jesús seguía allí, esperando. Desconozco si llegaron a hacerle el trasplante, y, en su caso, si el nuevo corazón le convirtió en un hombre distinto. Esto pasó hace veinte años, su recuerdo me ha quedado como ejemplo de una forma de estar en el mundo.

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