viernes, 4 de julio de 2008

Paga lo que debes

Siempre ha sido un hombre con gancho, carismático, con personalidad suficiente para ponerse serio y cantarle las cuarenta a cualquiera. Con facilidad para hacer amigos y afectuoso con estos y con la gente en general. No demasiado mayor pero comenzando el lento declive insoslayable que le espera a todo ser humano. Ha tenido un problema de salud que le ha llevado a pasar una temporada en una clínica. Después de unas semanas sin noticias suyas me llegan referencias de que se va recuperando, de que agradece emocionado las llamadas interesándose por su estado, de que declara a familia y amigos que les quiere. Manda mensajes a tal o cual colaborador, con los ojos humedecidos y haciendo bromas. Dice que volverá pronto, y así será, pero se me antoja que el que vuelve es un hombre mucho más sensible o que por lo menos oculta menos sus sentimientos. Alguien que ha decidido pagar cuanto antes todas sus deudas, que no le pille el toro con cuentas pendientes. Me quedo pensando si me pasará a mí algo similar. Si empezaré a emocionarme más a menudo, a apretar manos, a palmear espaldas, a decir "te quiero" a la menor oportunidad.

No hay comentarios: