domingo, 4 de enero de 2009

Aleja de mí ese jarrón.

Es curioso como en la películas que me gustan últimamente casi no pasa nada. O pasa lo que pasa en el mundo todo el tiempo. O sea pasa el tiempo y unos personajes lo ven pasar e intentan vivir sus vidas como buenamente pueden. Personajes que me acaban resultando muy cercanos. Eso me ha pasado con "Las horas del verano" de Olivier Assayas. La historia no puede ser más simple: Muere la madre y los tres hijos disponen de la herencia (una casa de campo y muchas obras de arte). A partir de ahí todo un tejido de sentimientos, lleno de detalles y guiños al espectador. Por mi parte no podría vivir entre (valiosas) obras de arte, por miedo a dañarlas. ¿No es el destino de todo jarrón hacerse añicos?.

1 comentario:

Mon dijo...

Ultimamente estás muy sentimental..

;)

Besos,

Mon.