viernes, 30 de enero de 2009

En la isla

Esta mañana yo, Robinson Crusoe, he subido hasta la cima de la colina pelada. La llamo así porque es la única que no está cubierta de árboles, y es la única que me permite otear el horizonte. Pero cada día veo peor. He subido a paso rápido y he llegado sudoroso. He contemplado el mar y la playa, tan pequeña desde allí. Al otro lado está el monte más alto de la isla (al que llamo "el monte"). Subí una vez hasta la cima de ese monte, pero está demasiado lejos, algunos tramos son muy escarpados y además desde allí se ve el mismo mar sin fin. En la playa tengo a veces la sensación de que puede haber más gente en la isla, pero allí en la colina lo que siento es que estoy totalmente sólo. Bueno, no, cientos de pájaros me hacen compañía.

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