viernes, 16 de enero de 2009

El ejército del faraón

Abrieron la biblioteca en una esquina de los bajos del ayuntamiento. En frente estaba la escuela, al otro lado de la plaza. Hay dos teorías de por qué empecé a frecuentarla (la biblioteca). La primera es que yo era un chico curioso e inteligente (ávido de saber, ésta es mi teoría favorita). La segunda es que yo era un inadaptado con problemas de relación con los otros chicos (ya que en aquellos tiempos las chicas no existían). Los sábados por la tarde pasaba un rato en la mesa de la zona infantil. Al llegar las navidades mi sorpresa fue mayúscula cuando la biblioteca organizó un reparto de libros y me dieron uno en premio a mi fidelidad al local. Un enorme album de gruesas pastas rojas con el título de "La Historia Sagrada contada a los niños". Lo leí y, sobre todo, volví una y otra vez a sus ilustraciones. Mi favorita era la que ocupaba las páginas centrales, sin texto: Las aguas del mar Rojo abiertas para dejar pasar a Moisés y al pueblo elegido y en primer plano el ejército del faraón en el momento de ser sepultado por las olas.

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