jueves, 24 de mayo de 2007

Antes del primer beso

El problema del beso. Así lo veía. Primero, con quien compartirlo. Segundo, su ejecución. No es algo que se enseñe en la escuela. La postura, el peligro de que el cuello girara en un ángulo imposible (con posible desnucamiento). La coordinación de torso y brazos. La cuestión de las manos, donde ponerlas. ¿Quietas o en movimiento?. Quietas, ya que el beso requiere toda tu atención. La trayectoria del movimiento hacia la convergencia de los labios. Cómo escabullir la nariz. Lo ideal es una trayectoria limpia, airosa, suave, que lleve a juntar los labios armoniosamente. Un titubeo, un roce inconveniente, puede romper todo la magia del momento. Y una vez los labios en contacto, ¿qué hacer?. Tenía claro que algo había que hacer. La inmovilidad sin duda defraudaría a la otra parte. Suponía que era yo quien tenía que tomar la iniciativa. La presión a ejercer, movimientos labiales, duración del beso. ¿Debía sonar un chasquido final?. En todo caso un "schluik" demasiado sonoro sería ciertamente embarazoso. Pensándolo fríamente, ¿merecía la pena meterse en semejante fregado?.

No hay comentarios: