jueves, 7 de febrero de 2008

Fotomatón

Me hacían falta dos fotos de carnet, así que decidí hacérmelas en el fotomatón de la estación del tren. Protegido detrás de la cortinilla hice girar algo el asiento, que estaba demasiado alto, y aún así al sentarme tuve que encogerme un poco para que mi cara quedara a la altura del dibujo indicativo del lateral. Hice algunas muecas ante el espejo y tras meter las monedas intenté componer una media sonrisa ante el objetivo. Comenzaron los flashes mientras mi pose iba perdiendo aplomo. Antes del último hice un esfuerzo para enderezar el mentón y abrir bien los ojos. Salí algo aturdido a esperar la impresión del resultado. Pronto el ruido de la máquina cambió de frecuencia y comenzó a expulsar una tira de cuatro fotos. Ya alargaba la mano cuando vi que la cara retratada incluía un poblado bigote. No era yo. Me aparté para dejar que el bigotudo, que ya se acercaba, recogiera sus fotos. Eché un vistazo a las tiras de fotos de muestra. ¿Quienes serían?. Dos chicas juntas riéndose. Una mujer joven. Un niño. Volvió a cambiar la frecuencia del ruido de la máquina y una nueva tira asomó por la ranura. Miré con precaución. La cara de un desconocido bastante serio se fue multiplicando por cuatro. En la última los ojos estaban algo más abiertos. Debía ser yo.

2 comentarios:

Cierro comillas dijo...

jajajajajaja.
Me encanta tu relato, te aseguro que pude dibujar la situacion.
Besos con flash.

Anónimo dijo...

A mi me recordaste a la película Amèlie.