miércoles, 6 de febrero de 2008

Script

Me acabo de caer del guindo. Me he dado cuenta de la trampa fundamental del cine (y de la literatura, añadiría). La clave es que nos presentan un mundo perfecto, un mundo en que la gente sigue literalmente el guión. Y el guión, en general, contempla las frases de uno u otro personaje en ordenada sucesión. Yo digo una frase impecable y tú me contestas con elegancia y sentido. En la vida corriente si alguien me dice lo que sería una gran línea de diálogo lo más probable es que sólo después de dar muchas vueltas en la cama por la noche se me ocurra la respuesta adecuada. En el cine, en las buenas películas, asistimos a fantásticas conversaciones en las que cada parte escucha casi sin pestañear al otro y responde cuando le toca con la sabiduría pertinente. Nada de balbuceos, de interrupciones, de mentes en blanco. ¿No es extraordinario (amazing)?.

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