sábado, 24 de mayo de 2008

En la mesa

He soñado que estábamos reunidos en una comida familiar y mi madre estaba ida, ausente. Mi padre, que no estaba junto a ella sino un sitio más allá, daba explicaciones que yo no entendía. Mi madre, más joven que en la realidad, no parecía enterarse si alguien le hablaba. Pensaba para mí si sería Alzheimer. Se le veía inerme, desvalida. Yo preguntaba, dándome cuenta de que era un poco absurdo hacerlo, ¿habéis ido al médico?. Iba a una habitación a hacer algo (no sé qué) y al volver me daba cuenta de que tenía los ojos inundados de lágrimas. Así que he esperado un rato para que no se diera nadie cuenta. Al volver a la mesa mi madre seguía igual. Me he fijado en mis hermanos que no se parecían nada a los auténticos y sí a los protagonistas de la película de anoche en la televisión. Le he dado un ligero cachete amistoso en la nuca a mi hermano y me he vuelto a sentar. He alargado la mano y buscado la de mi madre. No parecía capaz ni de coger la cuchara. Lo que yo sentía eran muchas ganas de llorar y de abrazarle.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo desde aquí te mando mi abrazo espero que te llegue.Un beso Javier.