domingo, 11 de mayo de 2008

Genético

Para el recién nacido lo mejor es tomar la leche materna. Alguien ha sacado la conclusión de que su inteligencia será ocho puntos más alta que si le alimentaran con, digamos, biberón. No sé yo cuantos meses tomé el pecho de mi madre (y me da reparo preguntar), así que no puedo culparle con certeza por ser tan tonto. Lo mismo mi lactancia se alargó más de lo normal (y entonces menos mal). Genes y leche (y posiblemente rock and roll o cintas de video) nos marcan desde la cuna. No soy nada sin mis ancestros, que tuvieron la habilidad de sobrevivir en mundos más agresivos que éste. Ellos, una multitud compuesta por padre, madre, cuatro abuelos, ocho bisabuelos, etc, son yo; y yo soy ellos. No puedo sino estar orgulloso de ellos, que cumplieron su parte en lo que a mí respecta (gracias por estos genes tan... normales). Me pregunto si ellos estarían orgullosos de mí.

No hay comentarios: