jueves, 8 de mayo de 2008

Miedo al hombre de hielo

La reacción en caliente no suele ser la mejor (si es que hay una mejor reacción posible). Es mejor contar hasta diez y después pensar tranquilamente sobre lo pequeños que somos (mientras cuento hasta diez no puedo pensar en nada más, será la fuerza hipnótica de los números), en la futilidad de cualquier respuesta exagerada, en lo contraproducente de recurrir a los gritos u otro tipo de violencia. Lo que de buenas a primeras parece un gran problema, resulta ser un mínimo inconveniente que además se resuelve por sí sólo si le damos tiempo. Como teoría general no está mal; pero, ¿y si ya nada me conmueve?, ¿si acabo siendo el gran cínico?, ¿si resulta que no tengo corazón?, ¿si me convierto en el hombre de hielo?.

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