lunes, 20 de octubre de 2008

Tal vez

Hay una fantasía en la cual soy un espíritu. O soy más espíritu que otra cosa. Así resulta que puedo caer en el error de considerar todos los "actos animales" como un lastre. He tenido la sensación (y no me abandona del todo) de que el acto de comer no deja de ser algo atroz. Un canibalismo, ya que incluso una lechuga es vida que perece para sustentar la mía. ¿No sería una sociedad despiadada la que incorpora a sus ritos sociales los banquetes en vez de alimentarse en privado? (y no descartaría la existencia en el pasado o en el futuro de una sociedad que así lo hiciera). Pero, claro, he escrito "error". No hay tal espíritu. Mi espíritu es mi pensamiento y mis estados de ánimo y ambos dependen de, por ejemplo, los índices de azúcar en mi sangre. Soy mi sangre, soy un completo/complejo animal. Soy parte de la naturaleza y me entretengo jugando a ser un espíritu impuro. También soy un estado de ánimo.

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