martes, 9 de diciembre de 2008

Hablar o callar

Primero callé por timidez (congénita). Luego hablé por inconsciencia (inocente). Más tarde callé por prudencia (aún inocente). Llegado el momento hablé por aportar mi granito de arena (pequeño). Posteriormente callé por no enturbiar aún más el debate (iluso). Después hablé por experiencia (limitada). Y callé por sabiduría (presunta). Y hablé por aburrimiento (o tedio). Y callé por arrepentimiento (sincero). Y hablé por hablar (blablabla). Y callé y hablé y callé. Creo que ahora me toca hablar, aunque no estoy seguro.

No hay comentarios: