lunes, 22 de diciembre de 2008

A medias

Me siento al teclado del ordenador como quien se sienta al piano. Confío que si pulso las teclas saldrá algo melodioso. De hecho es verdad que escribo de oído (como el que toca el piano sin aprender solfeo) ya que reescribo mis frases hasta que me suenan bien (no todo el mundo se toma esta molestia). Y probablemente es cierto también que sólo sé cuál es mi opinión sobre algo cuando lo he puesto por escrito (cosa que les pasa a muchos). O sea, escribir ayuda a pensar. Escribir es ordenar los pensamientos. Y también es traicionarlos. Es parecer más brillante de lo que se es, y también parecer más torpe. Escribir es compartir sensaciones con el que lee. En este párrafo vamos a medias.

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