lunes, 23 de abril de 2007

Día del libro

En el día del libro, en la maraña de las comunicaciones, me pasa como con las palabras que de pronto parecen nuevas. Me pasó con "Toledo", que tontería.. Un día me fijé en las tres silabas: to le do, y no me decían nada. Con un esfuerzo de la voluntad volví a asociar la palabra con la ciudad. Me ha pasado desde entonces con varias más. Palabras que han renacido para mí. Con el libro pasa algo similar. Es un invento antiguo que resulta tremendamente competitivo hoy en día. ¿No es acaso un dispositivo de memoria, fácilmente transportable, con capacidad considerable (horas de lectura) y con acceso casi inmediato a cualquier parte previamente señalada con ese curioso invento llamado marcapáginas?
Nicholas Sparks, autor de best-sellers románticos (tengo ganas de leer alguno) lee unos 125 libros al año. Yo, menos. Voy leyendo algunos de los libros que las mareas de la vida traen a mi playa.

1 comentario:

Cristina dijo...

Aquello de "Un libro abierto es un cerebro que habla; cerrado un amigo que espera; olvidado, un alma que perdona; destruido, un corazón que llora", se nos queda obsoleto en cuanto a definiciones. Otras poéticas como “Lumbre del corazón, espejo del alma”, o la tan nombrada “Compañero de viaje”, tantas... La tuya le da un aire más actual. Me gusta... y la añado a mi colección, si me permites compartirla...
Escudriñar tu blog, es un agradable paseo diario. Rectifico: muy agradable.
Un abrazo.