sábado, 7 de abril de 2007

Lentamente

Si no puedo dormir a las "horas pequeñas" (the little hours de los ingleses), el silencio es tal que diría que una tormenta se desarrolla en mi cerebro. No oigo nada y el fragor me ensordece. Entonces cambio de postura y me concentro en distinguir sonidos lejanos. No tengo prisa por dormirme, es el mejor momento para redescubrir la lentitud.
Es un libro curioso el que me lo sugirió, "El descubrimiento de la lentitud" de Sten Nadolny.

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