lunes, 11 de junio de 2007

No me hago de la secta.

A ver, hare krishnas, iluminados, santones, gurús, pastores de rebaños; nombres, nombres, vale, mezclando churras con merinas: L Ron Hubbard, Carlos Castaneda, Jorge Bucay, Paulo Coelho, ¿Necesitamos sus consejos?. Siempre está bien aclarar ideas, pero muchas veces me parece estar oyendo a un charlatán de feria, al vendedor del elixir cura-lo-todo en el territorio de Montana. Ya sé que hay que amarse, que paz y buen rollito, que autocontrol, moderación, respiración. No me lo tiene que decir ningún oráculo. Lo puedo aprender en la calle y en mi casa, de los mayores y de los niños, en los libros y en el cine, y, como no, en la universidad y en las enciclopedias (y en internet). Mi respeto a las buenas intenciones; mi rechazo a los listos que viven del negocio del espíritu. Nunca sería miembro de una secta que admitiera a un tipo como yo (ese Julius Marx).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Querido Javier...
Cuando te duele el estómago vas al estomatologo...
Cuando te duele un diente al dentista u odontólogo que queda más culto...
Cuando te duele el alma...Tienes diversas opciones, visitar un psiquiatra que es un médico que además después a tenido que realizar una larga especialización, o un psicólogo que a diferencia del psiquiatra no puede recetar medicación pero te enseña técnicas ...O encuentras paz espiritual en cualquier religión...Basta que no sea ninguna de las que te acaba destrozando la vida...En eso estamos de acuerdo.
Un beso

Anónimo dijo...

Estimada Gemma:
Que cada uno siga su senda y busque su consuelo, por supuesto. Yo, iluso de mí, soy duro de roer. Gracias por tu comentario.

Gracias también a Carlos por entrar en mi blog. En cuanto a tu libro de autoayuda, espero que ayude de verdad al mayor número de gente posible.