viernes, 28 de marzo de 2008

Tristeza

Ha muerto un primo mío. También se puede decir, se ha muerto, o se me ha muerto. Pero a quien se le ha muerto es a su mujer. A su mujer que le llamaba pichín. Incongruentemente, pero sólo en apariencia, porque mi primo llevaba una gran barba cana y era más pesado que ligero. Como casi siempre pienso que no le conocí del todo. Somos extraños para casi todos, parientes o no (o por lo menos ese es mi caso). Siempre se mueren los otros y cuando yo muera (o me muera) también habrá sido otro para los que queden. Qué solos se quedan los muertos. Qué solos se quedan los vivos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

En mi tierra cuando alguien nos deja utilizamos la expresión " Ha faltat" ( Ha faltado)...Si lo analizas bien es eso lo que pasa,nos quedamos con su ausencia, pero las personas nunca morimos, siempre queda nuestro recuerdo, nuestras palabras...Prefiero el "ha faltat" al " ha muerto"...Son las ausencias las que duelen, pero al fin y al cabo, no estamos más que de paso en esta aventura llamada vida...
Un beso Javier