lunes, 16 de julio de 2007

Clasificando, o no.

Los estúpidos suelen estar completamente seguros de casi todo. Los inteligentes dudan. Mucha gente tiene unas firmes convicciones religiosas. Algunos son estúpidos y otros son inteligentes. Lo mismo pasa entre los agnósticos. Hay buenas personas y malas personas. De las buenas, algunas son estúpidas y otras inteligentes. De las malas, igual. De las buenas inteligentes, algunas son creyentes y otras no. De las buenas estúpidas, lo mismo. Hay también malos inteligentes creyentes y malos estupidos creyentes. Y malos inteligentes agnósticos y malos estúpidos agnósticos. Luego hay personas alegres y personas tristes. De las alegres, algunas son inteligentes, agnósticas, malas, creyentes, estúpidas o buenas. De las tristes bla bla bla.
Me parece que será mejor no establecer categorías.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ah!
Te has pasado todo el texto estableciéndolas. Categorías, clases, subcategorías, infraclases y particiones de las infraclases.
No lo puedes evitar, tu mente está compartimentada... y en tu fuero interno deseas extrapolar esa división, esa inevitable (para ti) ansia de clasificar.
Ah!
Haces esfuerzos, te arrepientes, pero el caudal del río vuelve a su cauce natural...

Un beso con lengua
Eter-Rea