viernes, 20 de julio de 2007

Desde el tren

Con el traqueteo del caballo de hierro de fondo, voy en tren. Hay dos mundos paralelos. El de dentro del vagón; estático, una sala de estar peculiar, desconocidos que compartimos el territorio manteniendo las distancias físicas y de miradas. Biografías imaginadas a partir del aspecto o de los retazos de conversaciones sorprendidas. El otro mundo, el de fuera; dinámico, cambiante, el envés del país que cruzamos. Es el envés porque la vía del tren discurre por su propio camino semioculto, un poco a espaldas de la vida. Setos descuidados, patios traseros, solares abandonados. Postes que huyen. Mundo derrelicto. Los sonidos rítmicos del marchar de los vagones son un mantra que se mete en el cerebro. El tren me lleva, solo tengo que dejarme. Aplazaré cualquier decisión hasta el final del viaje.

1 comentario:

Cristina dijo...

Lo dijo lennon: “La vida es aquello que te va sucediendo mientras te empeñas en hacer otros planes”. Quizás, de vez en cuando, convenga ser un naufrago en ella, navegar a la deriva, esperando que “algo” nos marque un rumbo mejor para nosotros. O por lo menos dar un descanso a nuestras luchas sin recompensa y llegar al final del camino mas descansados, y sobre todo, más lúcidos para afrontar la decisión a tomar.
Es sorprendente como cualquier situación cotidiana, la conviertes en la mejor reflexión digna de los grandes filósofos.
Es más. provocas una clara adicción con tus textos.
Yo, te pago en agradecimientos.