jueves, 20 de diciembre de 2007

Mientras me cortan el pelo

Las tijeras bailan a centímetros de mis ojos, chas , chas, y casi como un reflejo instintivo de protección los cierro. Me siento flotar. Soy un submarino que navega por la superficie. Digo submarino adelantándome en el tiempo, porque al cabo de un rato me sumerjo y ahora floto entre dos aguas, y entonces sí soy un submarino. Todo tiene una claridad verdosa. Y me pregunto, ¿cómo es que estoy debajo del agua y sigo respirando?. Abro los ojos. La peluquera me coge el pelo entre los dedos y lo va recortando poco a poco. Cierro los ojos. Respiro acompasadamente. Me dormiría.

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