jueves, 13 de diciembre de 2007

Vivir para olvidar

Suelen decir que al levantarse de la mesa después de comer hay que tener todavía un poco de hambre. Me doy cuenta de que cualquiera de mis días se compone de dosis más o menos medidas de diversas cosas y si consigo repartir equitativamente mi tiempo me encuentro mejor (soy simple). Lo que quiero decir, y me parece que no me estoy centrando, es que todo tiene su medida y también la memoria. El exceso de memoria es una maldición. Jean Follain (poeta francés que hasta tropezar con esta cita suya no conocía de nada) escribió: "En los campos / de su eterna infancia / vaga el poeta / deseando no olvidar nada". Nada olvidaba Funes "el memorioso" del cuento de Borges y era infeliz. Lo mejor es tener una buena mala memoria y así poder mantener el asombro con cada amanecer.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Guardar ciertas cosas en esa parte de la memoria que es el olvido... para poder disfrutar de nuevo con ellas.. ¡Estupenda recomendación!
Y ya lo decía Benjamín Franklin : Si no quieres perderte en el olvido tan pronto como estés muerto, escribe cosas dignas de leerse... y tú vas por muy buen camino. Difícil olvidar tu blog. Imposible no acordarse de ti.
No se me olvida besarte.