viernes, 14 de diciembre de 2007

Sutiles diferencias

Como cada día Javier tantea en la mesilla para encontrar el despertador que avisa con pitidos cada vez más seguidos que son las siete y veintiocho minutos de la mañana. Acerca la esfera luminosa a los ojos para atinar con el botón "detener" e incorporándose de un golpe pasa a la posición de sentado en el borde de la cama. La oscuridad reina aún en la habitación.
Ahora bien, ¿por qué lado de la cama se ha levantado Javier?. Si nos tumbamos boca arriba en la cama, Javier se ha levantado por el lado izquierdo. El lado de la ventana, que está orientada hacia el norte. Pero no lo había dicho, por lo que cualquier lector podría muy bien haber imaginado que Javier se ha levantado por el lado derecho. No creo, desde luego, que tenga la menor importancia con que pie se haya levantado Javier. Incluso teniendo en cuenta que Javier soy yo. Sólo digo que mi realidad ha empezado a izquierdas y la del lector se ha ido simétricamente a la derecha, en un universo simétrico en el que Javier es zurdo. No importa; un poco más tarde cuando Javier se tome el vaso de leche en la cocina, echará un vistazo al reloj de pared (adelantado unos cinco minutos) y entonces el lector puede muy bien suponer que el reloj está a su izquierda, cuando en realidad está a su derecha. De este modo el lector hará ingresar a Javier en otro universo simétrico que coincidirá, excepto sutiles diferencias, con el imaginado (más que vivido) por el propio Javier. O sea por mí.

1 comentario:

Cierro comillas dijo...

Realmente impresionante.
Amerita relectura, todo el relato trascurrío con el peso de la realidad de Javier (osea vos) y el contrapeso de la imagen que organicé con tu descripcion.
Fantastico!!!