sábado, 1 de diciembre de 2007

Comienzo de un relato norteamericano

Acabábamos de mudarnos a un pequeño pueblo de Wisconsin. Mi padre había muerto. Esto es, mi madre y yo habíamos decidido que estaba muerto. Nos había abandonado (aunque, según mi madre, nosotros le habíamos abandonado a él) y luego había muerto lleno de remordimientos por habernos hecho la vida miserable. La verdad es que él salió hacia el este y nosotros hacia el oeste. Hubiera sido necesaria una minuciosa reconstrucción de los hechos para determinar quién había abandonado a quien. Era verano y aún faltaba un mes para el comienzo de curso...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Querido Javier,
Es curioso ver como con el paso de los años cambiamos las versiones...