¿Sabes lo largo que se le hizo a Noé el diluvio?. Pero escampó. Tras la tempestad viene la calma. El batería cambia los palillos por las escobillas y la música en tono pausado sigue el ritmo acariciante obtenido al deslizar éstas por los tambores, obteniendo sonidos amortiguados y tranquilizantes. Es el momento de abrazar y decir al oído: "Shhh, todo va bien". Todo va bien.
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