lunes, 21 de enero de 2008

Involucrado

Llevaba tiempo sintiéndome raro. Insatisfecho. Con los nervios a flor de piel. Hasta que tuve aquel como ataque. Por una tontería. Me estaba sirviendo un café en la oficina y de pronto se soltó la tapadera y el café cayó en catarata derribando la taza y poniendo todo perdido. Salté hacia atrás instintivamente para no mancharme y con una coordinación de movimientos y elegancia que hubiera deseado poseer en otras circunstancias estampé la cafetera contra la pared. Creo que lo acompañé con un juramento. Lo vio todo el jefe de departamento. El caso es que he tenido que venir, más o menos obligado, a la consulta de este doctor especializado en trastornos de conducta. Ahora lo llaman así. Es más o menos como en las películas. Te hacen hablar. Al final de la primera sesión el tipo va y me dice: "Lo que pasa es que usted se estaba involucrando excesivamente en su vida". Le miré estupefacto y le respondí: "¿Me lo dice en serio?.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ese ya no te suelta, no le cuentes que escribes un blog...jajajajajaja
Un beso

mnserrat dijo...

Si, parece un hombre curioso este que comentas "involucrado" ...Observale atentamente y cuentanos!!!

Me encantan tus micro historias...

Gracias por tu comentario.

Besos.