martes, 8 de abril de 2008

Fuego

Fuego, tierra, agua y aire eran los elementos clásicos de la civilización griega. Me parece que en este siglo sólo dan juego como elementos simbólicos y que muchas veces son usurpados por los farsantes de las ciencias esotéricas. La química nos explica de modo más o menos comprensible lo que es la tierra (la materia sólida, entiendo), el agua (por lo demás un milagro incomprensible) y el aire (mezcla de gases afortunadamente respirables); y puede que también explique en qué consiste el fuego, lo que pasa es que yo no lo entiendo. ¿De qué está hecha una llama?. Mi relación con el fuego es distante y respetuosa. No poseo ninguna de esas habilidades aparentemente tan comunes como la de pasar la mano por encima de una llama, dejar quemarse una hoja de papel sosteniéndola hasta el último momento o apagar una vela con los dedos. Nunca he fumado y pocas veces he tenido que encender una cocina a gas, así que no manejo habitualmente ni mecheros ni cerillas. Prometeo robó el fuego a los dioses para entregarlo a los mortales (me alegro de que tengamos un papel en la mitología). Las tradiciones muchas veces tienen fecha de nacimiento y la de llevar la llama olímpica desde Grecia nació en 1936. Es bonita porque no es fácil que todos los países de este planeta se pongan de acuerdo en algo. La llama olímpica se enciende en Olimpia (que no en Pernambuco) concentrando los rayos del sol por medio de un espejo parabólico. Ahora bien, ¿llega en realidad algo de lo que sale de Grecia al estadio olímpico de turno?. Eso si no lo apagan como ha pasado en París. Lo que yo siempre he sospechado es que el fuego olímpico se ha apagado más de una vez durante la noche y seguramente un bedel con su humilde mechero lo ha vuelto a encender cuidándose de no divulgar la circunstancia (y además, ¿qué más da que se apague o no?).

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