sábado, 12 de abril de 2008

Ley de vida

Tras casi diecisiete años empieza a dar síntomas de decadencia. Han sido muchos años de acompañarnos. Al principio era el indiscutible rey de la casa. Con el tiempo fue perdiendo protagonismo, pero sin dejar su puesto en el centro del salón. Hace unos días tomó un preocupante tinte amarillento. Ayer hubo un rato que perdió totalmente el color, aunque luego se recuperó. Hoy día resulta demasiado voluminoso, pronto llegará el momento de deshacernos de él y mucho me temo que necesitaré ayuda para cargarlo. Cumpliendo el ciclo de la vida el viejo televisor de tubos dejará su lugar a una esbelta pantalla plana de anteúltima tecnología.

4 comentarios:

Vigo dijo...

Tranquilo, una ve te compres un de esos televisores de última definición, son muy simpáticos y en seguida se les coge cariño.

Vigo dijo...

Llevo un ratito leyendo tus entradas, especialmente las de literatura, y la verdad es que tengo que elogiarte.
Esto de los microtextos creo que lo dominas a la perfección.
Un placer pasarme por tu blog.
Me apropio de una de tus entradas e intentaré hacer una composición con ella esta noche. Espero que no te importe.
Me repito. Un auténtico placer.

GEMMA dijo...

No te preocupes, te vas a ver obligado a canviarlo en cuanto salga la tv analógica o como se llame...

GEMMA dijo...

Perdón quise decir "cambiarlo", es lo que tiene hablar otra lengua parecida...